Muy común durante la infancia, la fiebre es la reacción natural del cuerpo ante una infección. La mayoría de las veces no es grave y medidas sencillas pueden ayudar a mejorarlo. Pero cuando el fiebre en bebes, esto requiere una atención más especial.
Para ayudarle a comprender más sobre fiebre en bebes, Hemos preparado el artículo de hoy sobre el tema.
¿Qué es la fiebre?
La fiebre se define por una elevación de la temperatura central superior a 38°C, en ausencia de actividad física intensa, en un niño normalmente cubierto, a temperatura ambiente.
Es normal que un niño con fiebre esté más cansado, de mal humor de lo habitual, tenga menos apetito o tenga un ligero dolor de cabeza.
Temperatura del bebé: ¿cuándo ver una emergencia?
De hecho, existen algunas situaciones en las que necesitarás el apoyo de un médico. Estos son:
- Si su hijo tiene menos de 3 meses, una fiebre superior a 37,6°C requiere atención médica. Si la temperatura supera los 40°C, definitivamente debes acudir a un hospital.
- Si su hijo presenta otros signos (vómitos, diarrea, dificultad para respirar), si está especialmente agotado, también es necesario acudir inmediatamente al médico, sea cual sea su edad.
- Si la fiebre persiste durante más de 48 horas en un niño menor de 2 años y más de 72 horas en un niño mayor de 2 años, incluso sin otros signos, se necesita atención médica.
¿Cómo medir la temperatura del bebé?
Una frente caliente o mejillas rojas no significan necesariamente que un niño tenga fiebre. Para saber si realmente tiene fiebre, es necesario tomarle la temperatura.
Preferiblemente, utilice un termómetro rectal electrónico. Esto se debe a que los termómetros colocados debajo de las axilas, en la boca o en el oído son menos precisos. Además, el termómetro de mercurio ya no debería utilizarse: el riesgo de toxicidad si se rompe es demasiado alto.
Para mayor comodidad, cubra siempre el extremo del termómetro con vaselina. Coloque al bebé boca arriba y doble las piernas sobre su estómago. Los niños mayores se sentirán más cómodos acostados de lado.
Causas de fiebre en los bebés
A fiebre en bebes Es una señal de que el cuerpo está luchando, generalmente contra una infección. Está presente en muchas enfermedades y trastornos leves de la primera infancia: resfriados, varicela, roséola, dentición, entre muchas otras.
También puede ocurrir después de la vacunación. Pero podría ser síntoma de un trastorno más grave: infección del tracto urinario, meningitis, infección de la sangre... por tanto, es necesario prestar atención al resto de síntomas.
Aliviar y tratar la fiebre en los bebés.
Se considera que un niño tiene fiebre cuando su temperatura central supera los 38°C. Pero no todos los niños afrontan la fiebre de la misma manera.
Algunos están cansados a 38,5°C, otros parecen estar en buena forma mientras el termómetro marca 39,5°C.
Al contrario de lo que se ha creído durante mucho tiempo, no se trata de reducir la fiebre a toda costa. Sino para brindarle al niño el máximo confort mientras espera que desaparezca la fiebre.
A continuación se muestran algunas acciones sencillas que puede realizar:
- Descubre a tu hijo. Para facilitar la evacuación del calor, quítese la mayor cantidad de ropa posible. Retira los sacos de dormir a los más pequeños y las mantas a los mayores. Sólo deja algo de ropa ligera o pijama…
- Hazle beber mucho. La fiebre puede hacerte sudar mucho. Para compensar las pérdidas de agua, ofrézcale una bebida a su hijo con regularidad.
- Enfríe su frente. Ya no se recomienda darle a su bebé un baño helado. Eso sí, si le gusta, dale un baño a temperatura normal. Pero si no le apetece, aplícate un paño en la frente y se sentirá bien.
Si su hijo muestra signos de malestar, complemente estas medidas tomando un antipirético. En los niños más pequeños, los antiinflamatorios como el ibuprofeno y la aspirina tienen muchos efectos secundarios.
Por tanto, prefiera el paracetamol. Debe administrarse en las dosis recomendadas cada 4 a 6 horas, sin exceder de 4 a 5 dosis cada 24 horas.
¿Qué son las convulsiones febriles?
En algunos niños, el umbral de tolerancia del cerebro a la fiebre es inferior al promedio. Tan pronto como aumenta la temperatura corporal, las neuronas se activan y provocan convulsiones.
Se estima que entre 4 y 5% de niños entre 6 meses y 5 años de edad presentan convulsiones febriles, con una frecuencia máxima alrededor de los 2 años de edad. Suelen ocurrir cuando la fiebre supera los 40°, pero se pueden observar ataques a temperaturas más bajas.
Los médicos aún no saben por qué tal o cual niño está predispuesto a sufrir una convulsión, pero sabemos que el factor de riesgo se multiplica por 2 o 3 si el hermano o hermana mayor ya la ha tenido.
El curso de la crisis convulsiva febril es siempre el mismo: al principio, el cuerpo es tomado por temblores involuntarios, brazos y piernas se ponen rígidos y realizan grandes movimientos bruscos mientras los ojos están fijos.
De repente todo se relaja y el niño pierde brevemente el conocimiento. A los padres les parece muy largo, pero una convulsión febril rara vez dura más de 2 a 5 minutos.
No hay mucho que puedas hacer excepto evitar que el niño se lastime, lo cual afortunadamente sigue siendo poco frecuente. No intentes detener sus movimientos desordenados. Solo asegúrate de que no golpee objetos a tu alrededor ni se caiga por las escaleras.
Si las convulsiones duran más de 10 minutos, debe llamar a los servicios médicos de emergencia. Pero en la mayoría de los casos, es suficiente un examen clínico realizado por su médico o pediatra pocas horas después del ataque.
De este modo, podrá determinar la naturaleza de las convulsiones y posiblemente prescribir pruebas adicionales, especialmente en bebés menores de un año, para quienes es importante asegurarse de que las convulsiones no sean un síntoma de meningitis.